Eleva tus manos a Dios en oración, por la vida de tus hijos. (Lamentaciones 2:19)
Nuestro enemigo espiritual, quiere destruir la familia, y una de sus estrategias es distraernos en preocupaciones y angustias por nuestros hijos, en vez de arrodillarnos a interceder por ellos, delante de nuestro Padre Celestial.
Nadie más puede orar tan eficazmente por nuestros Hijos, como nosotros los Padres, puedes pedir oración por ellos a alguien más, pero no les quites la oportunidad de recibir la Bendición de Dios, de boca de su Madre o Padre. Dios escucha las oraciones de los Padres, nadie mejor que el para comprendernos y ayudarnos.
Satanás no puede robar, ni uno solo de nuestros Hijos. Nuestra posición como Padres es interceder, cuando un Padre y una Madre caen de rodillas para interceder por sus Hijos, el enemigo tiembla. Podemos descansar en Dios, y entregarle en sus manos la vida de nuestros Hijos. En todo tiempo ora por Tus Hijos, en todas las etapas de su vida, no importa que sean niños, adolescentes, jóvenes o adultos. La Oración de un Padre y una Madre nunca es rechazada.
Efesios 3: 14-15 dice: Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra,
Nuestra familia, no es solo nuestra familia, es también la de Dios, porque Él nos la dio, como un precioso regalo, de Él toma nombre toda familia! Es por ello que podemos llegar ante el Padre, para interceder por todos y cada uno de los miembros de nuestra familia.
Orando primeramente por su Salvación, por medio del conocimiento de Nuestro Señor Jesucristo, y por cada una de las áreas de su vida, metas, sueños, proyectos, trabajo, profesión, y sobre todo por su dirección y guía en sus vidas, teniendolo a Él como nuestra prioridad en todo y por todo.
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